Yoga es una actividad que pueden practicarla hombres y mujeres de todas las edades. La vida está contaminada por el apuro, la urgencia, el aquí y ahora, aunque no se sepa bien por qué ni para qué. Las personas adictas al trabajo, al estudio, a la hiperactividad, sienten que no pueden detenerse. Ese ritmo que tenemos nos quita la posibilidad de nuevos estímulos, por lo que no producimos endorfinas que generan bienestar.

Yoga es prevención y te ayuda a liberar las cargas cotidianas. Sin lugar a dudas, su práctica pone en marcha un proceso de cambio que nos permite descubrir que es lo realmente importante en nuestra vida.

En lugar de preocuparnos pasamos a ocuparnos de nosotros mismos y esto nos hace sentir realmente bien. Ayuda también al espíritu que es otra parte de nuestro ser, que necesita ser fortalecido.

Su práctica corrige malas posturas, mitiga los dolores, alivia el estrés y contribuye a recuperar la armonía en los movimientos, especialmente en aquellas personas que hacen vida sedentaria.

El yoga tiene un conjunto de posturas llamadas ásanas, que producen efectos extraordinarios en el cuerpo, brindándonos flexibilidad, equilibrio y salud. Para aprovechar al máximo su potencial, es necesario poner atención en el acto respiratorio (Pranayama, ejercicios respiratorios que mueven el prana para que circule y vitalice todo el organismo).

Recordá que...

“ UN   CUERPO DEBILITADO, ES UN CUERPO QUE DEMANDA.
UN CUERPO  FORTALECIDO, ES  UN CUERPO QUE OBEDECE."